Son varias las actividades que se han visto afectadas debido a la pandemia, sobretodo las relacionadas con el turismo, las gastronomía y el entretenimiento.  Sin embargo, la náutica ha conseguido ofrecer un medio seguro y saludable.

Salir de una situación como la que hemos vivido en los últimos meses no es fácil a nivel social, económico y deportivo; pero debido a nuestra manera de ser como sociedad y cultura española parecer ser que nos ha costado menos romper la barrera entre el confinamiento y la libertad condicionada con la que contamos hoy en día.

Es por eso por lo que, como país, hemos conseguido sacar adelante el turismo, la gastronomía y el deporte; reinventándonos con nuevos modelos y maneras de socializar sostenibles en términos de seguridad sanitaria.

La náutica no iba a ser menos. El CN Altea ha realizado un análisis de cómo esta funcionando la temporada de verano y, no solo se esta manteniendo el tránsito portuario de años anteriores, si no que navegantes y socios han adelantado sus viajes coincidiendo con la relajación de las medidas sanitarias. La gente salió a navegar tan pronto como las medidas lo permitieron, aunque eso significara adelantar sus planes a Junio respecto a otros años.  

Normalmente, el Club Náutico de Altea solía empezar a tener afluencia de socios y navegantes nacionales durante el mes de Julio. Este año se ha adelantado.

Se ha observado también que el modelo de turismo náutico ha cambiado, los socios que cuentan con amarre en el CN Altea, solían pasar gran parte del verano navegando en las Islas Baleares y alrededores. Este año, una gran mayoría sale a navegar a nivel local y muchos vuelven a puerto en el mismo día.

Esto demuestra que, como a otras muchas actividades, la covid-19 ha cambiado el funcionamiento del turismo costero y marítimo, pero a pesar de todo la náutica sobrevive y ofrece ahora más que nunca un espacio donde disfrutar de la naturaleza, el aire libre y el deporte de forma segura y sostenible.