Con su restaurante cerrado, el área de deportes paralizada, estación de combustibles cerrada y la ausencia de embarcaciones transeúntes en sus amarres, el varadero del CN Altea está siendo la actividad mínima industrial del puerto de Altea.

La crisis ocasionada por la pandemia del COVID-19 está dejando huella en el Club Náutico de Altea. La Junta Directiva continúa luchando por mantener a flote la entidad.

El lunes 23 de marzo, el Club Náutico de Altea ponía en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectaba al 50% de su plantilla de trabajadores con motivo de la declaración del Estado de Alarma y que permitía sólo dejar operativo el varadero y los servicios mínimos en administración y recepción.

Una semana más tarde, el 31 de marzo, un comunicado de la Dirección General de Puertos de la Generalitat obligaba a cerrar las zonas industriales de varadero, el CN Altea se veía condenado a ampliar el ERTE a la mayoría de su plantilla. Esta situación se alargaba hasta el 13 de abril, fecha en la que el varadero ha podido volver a realizar trabajos y encargos, aunque con su plantilla de trabajadores muy mermada.

A día de hoy las cifras son positivas, pese a la mala situación en el resto de los departamentos del Club, la ocupación en varadero supera el 100%.

Aprovechando que no se puede navegar numerosos usuarios están adelantando los servicios de arreglo y de reparación integral. En esta época del año es habitual que los usuarios preparen sus embarcaciones para el verano, dejen sus embarcaciones en varadero para arreglos menores, servicios de mantenimiento como renovar la pintura antifouling. Pero con esta situación muchos han optado por solicitar trabajos más largos y hacer un repaso integral a sus embarcaciones.

El contramaestre del CN Altea, Isidro Martínez, resaltaba la labor de los marineros del club que en estos días están haciendo un esfuerzo extra por la entidad, “no tenemos a todo el personal necesario para estas fechas, no estamos pudiendo coger todo el trabajo que nos llega, pero aún así estamos al 100% de actividad en varadero. Los marineros que están trabajando están haciendo una gran labor alternando los trabajos de varadero y las guardias de marinería en muelles y pantalanes, así como las labores de mantenimiento de la instalación sin descuidar nada y con una gran profesionalidad.”

Son tiempos difíciles para la entidad alteana, así como para todo el sector de la náutica, pero desde la Junta Directiva quieren ser positivos y están a la espera de que los organismos oficiales permitan la reapertura del restaurante y se pueda retomar la actividad deportiva, así como iniciar las escuelas de verano, un servicio que toma ahora una mayor importancia. Las familias de Altea se enfrentarán en estas semanas a la problemática de tener que reincorporarse a sus puestos de trabajo, pero con los colegios e institutos cerrados.