Diferentes playas y puertos náuticos y deportivos de la comarca de Altea han sido galardonados con el distintivo de la Bandera Azul, concedido por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC).
El pasado lunes 7 de junio tenía lugar en el Oceanogràfic de Valencia la ceremonia de entrega del galardón Bandera Azul, la cual contaba con la presencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig; Mireia Mollà, consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica y José Palacios, Presidente de ADEAC.
Patrick Sanden, vocal de Medioambiente, Buceo y Natación del CN Altea, acudia a la ceremonia para recoger la Bandera Azul con la que el Club Náutico de Altea ha sido galardonado en este año 2021.
“Es todo un orgullo poder recoger este distintivo que, tras 34 años ondeando frente al edificio social del Club, demuestra la calidad de los protocolos de protección medioambiental que se llevan a cabo en nuestras instalaciones y servicios portuarios y deportivos.” indicó Patrick Sanden.
Con estos galardones, la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) promueve y reconoce los esfuerzos públicos y ciudadanos para cumplir los criterios exigidos por Bandera Azul de legalidad, accesibilidad, sanidad, educación ambiental, limpieza y seguridad.
Además del CN Altea, han sido tres las playas Alteanas que han obtenido el distintivo, siendo estas las playas de Cap Blanc, La Roda y El Espigó. Los ediles de Infraestructuras y Turismo del Ajuntament de Altea, Diego Zaragozí y Xelo González, respectivamente, recogían en el día de ayer las 3 Banderas Azules.
Por su parte, Xelo González destacó “el impacto positivo que estos premios tienen para el municipio a nivel turístico. “Que las playas más cercanas al Casco Urbano de Altea sean reconocidas por su calidad, es un motivo más que los turistas pueden tener en cuenta a la hora de elegir su destino”; ha apuntado la responsable municipal de Turismo.
En el mismo evento, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica presentó el inicio de tramitación de un decreto, similar al aprobado en Baleares en 2018, para la protección de las praderas de posidonia con el fin de reducir las amenazas que ponen en peligro su supervivencia natural y que regula las actividades que se llevan a cabo en el litoral donde crecen con el fin de favorecer su conservación.
La consellera, Mireia Mollà, anunció una partida en los próximos presupuestos autonómicos “para mejorar las poblaciones de posidonia” y para constituir el Servicio de Vigilancia Marina cuyos principales objetivos serán el acompañamiento, la divulgación y el efecto disuasorio de malas prácticas para velar por el estado del fondo marino y el seguimiento de las especies protegidas.
Las praderas de posidonia constituyen auténticos bosques mediterráneos y aliados contra el cambio climático. Son captadores de CO2, indicadoras de la buena calidad del agua, barrera natural frente a la erosión y regresión de la costa y fuente de biodiversidad marina que da cobijo a más de 1000 especies de fauna y 400 plantas acuáticas; entre otras.