El Club Náutico de Altea debe cesar su actividad industrial y se ve obligado a ampliar el ERTE a la mayoría de sus trabajadores quedandose en servicios mínimos indispensables.

Con el objetivo de endurecer las medidas de confinamiento para combatir la transmisión del COVID’19, el Consejo de Ministros extraordinario celebrado este 29 de marzo, queda suspendida toda actividad empresarial e industrial, presencial, entre los días 30 de marzo y 9 de abril, salvo aquellas que estén directamente relacionadas con la prestación de servicios sanitarios y sociales esenciales (recogidos en el RD 463/2020 por el que se declara el estado de alarma).

Los servicios mínimos, en las instalaciones náutico-deportivas hacen referencia a aquellos trabajadores que prestan los servicios mínimos necesarios para el mantenimiento y conservación de las instalaciones.

Hace una semana, el lunes 23 de marzo, el Club Náutico de Altea ponía en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectaba al 50% de su plantilla de trabajadores con motivo de la declaración del Estado de Alarma y que permitía sólo dejar operativo el varadero y los servicios mínimos en administración y recepcion.

Tal y como especifica el comunicado de la Dirección General de Puertos de la Generalitat emitido este 31 de marzo las zonas industriales de varadero de los puertos “deben permanecer cerradas sus instalaciones y sólo atender urgencias. Procede limitar el personal en las instalaciones a aquel que sea estrictamente necesario para la custodia de las infraestructuras y bienes.”

Ante las actuales circunstancias, con su zona industrial de varadero totalmente paralizada, el restaurante cerrado, el inexistente tránsito de barcos en su puerto y la actividad deportiva bloqueada, la entidad alteana ha tenido que extender el ERTE al resto de su plantilla de trabajadores y dejar tan sólo los servicios mínimos indispensables a fin de mantener la seguridad de las instalaciones y la atención a emergencias.

El 2020 no esta siendo un buen año para el Club Náutico de Altea ni para los Clubes Náuticos de toda la Comunitat Valenciana. El temporal Gloria castigaba con fuerza toda la costa y sus instalaciones náuticas en enero de este año, el Canon desorbitado impuesto por la Generalitat en 2018 a los clubes náuticos obligaba a hacer recortes y subir cuotas, ahogando cada vez más a estas entidades sin ánimo de lucro. Y por si fuera poco, a todo esto se le suma una importante situación de incertidumbre, la inminente caducidad de las concesiones administrativas. El 20 de junio de este año caduca la concesión de las instalaciones del Club Náutico de Altea y la Administración no ha contestado a las solicitudes oficiales para pedir una prórroga.

La absoluta parálisis de la Generalitat que desde 2002 no ha renovado ninguna concesión pese a que más de la mitad de los clubes náuticos de la Comunitat tienen sus concesiones caducadas y explotan los puertos con autorizaciones mensuales, vuelve a ponerse de manifiesto. A dos meses para que llegue el 20 de junio, fecha en que finaliza la última autorización temporal del CN Altea, la administración solo muestra silencio.

Y ahora una pandemía mundial paraliza todo el sector náutico valenciano y estatal, ¿qué más puede pasar?,  parece como si de una maldición se tratase, pero pese a ello el Club Náutico de Altea se mantiene positivo: “lo importante no es como empieza el año sino como acaba”.

Después de la gran crisis global ocasionada por la pandemia del COVID-19 nada será igual. Tendremos que adaptarnos a nuevos tiempos de la náutica y nuevas formas de ocio, en el que la solidaridad sin fin lucrativo será determinante, un modelo que los clubes náuticos llevan impulsando desde hace décadas y que ahora cobrará una especial relevancia.