La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Altea instala los primeros sistemas de amarre ecológicos del municipio para evitar la degradación de las praderas de marinas en las zonas de l’illeta de l’Olla y la Punta del Mascarat.

Una de las principales amenazas de las praderas de posidonia son las prácticas de fondeo con anclas de las embarcaciones de recreo que, en pocos minutos, pueden acabar con décadas de crecimiento de estas angiospermas.

Para ofrecer amarres a las embarcaciones de recreo y facilitar las actividades acuáticas sin mermar la protección del fondo marino, comenzaba a mediados de marzo la instalación de 15 boyas permanentes en la bahía de Altea, fondeadas con anclajes de bajo impacto para el amarre de embarcaciones. Las boyas se han distribuido en 3 zonas: la cara oeste y este de l’illeta y la cara oeste de la Punta del Mascarat, ambas zonas espacios naturales protegidos por el Parque Natural de Serra Gelada.

Una de las principales amenazas de las praderas de posidonia son las prácticas de fondeo con anclas de las embarcaciones de recreo que, en pocos minutos, pueden acabar con décadas de crecimiento de estas angiospermas.

El sistema de fondeo instalado es ampliamente utilizado en todo el mundo para evitar la degradación de los ecosistemas marinos y hacer del turismo náutico una actividad más sostenible y compatible con la conservación del medio marino y sus recursos. Además, incorpora como innovación, una boya intermedia sumergida para mantener siempre estirada la cadena e impedir que ninguna parte de la estructura arrastre por el fondo. Así se elimina de raíz el problema de la erosión y su impacto es completamente nulo.

La edil de Medio Ambiente, Beatriz Nomdedeu, indicó que “esta actuación en el entorno marino de l’Olla y el Mascarat permitirá preservar y proteger la biodiversidad de nuestro entorno litoral y el ecosistema que conforman las praderas de P. oceanica fundamentales para muchas especies que allí se reproducen y alimentan”

La existencia de un sustrato rocoso a poca profundidad impidió la utilización del sistema de anclaje previsto, ya que el espesor de arena existente era insuficiente para poder usarlo. Por esta razón, ha sido necesario cambiar este sistema y se está empleando otra tecnología denominada anclaje de taco químico, que consiste en perforar la roca y colocar una barra de acero galvanizado y una resina.

El uso de esta instalación no supone cambios para los propietarios de las embarcaciones de recreo; en este caso, están diseñados para el amarre de barcos de hasta 12 metros de eslora o equivalentes a un peso máximo de 3.000 kilos.

Las obras ascienden alrededor de 27.000 euros y si no surgen más inconvenientes se prevé finalizar la instalación a mediados de abril.