Varios voluntarios coordinados por el Instituto de Ecología Litoral partieron del Club Náutico de Altea para tomar datos en la Cala de la Mina.
La Red de control de las praderas de Posidonia oceánica en la Comunidad valenciana es una iniciativa del Instituto de Ecología Litoral (IEL) que se emprendió en el año 2001. A día de hoy el proyecto lleva ya 17 años recogiendo datos ininterrumpidamente de la calidad de las praderas de posidonia oceanica en la bahía de Altea y en otras zonas del levante alicantino. Se trata de una iniciativa que se enmarca dentro del proyecto Posimed, una red que coordina todas las redes de voluntariado del seguimiento de Posidonia en el levante español y que tiene sedes en Murcia, Andalucia, Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana.
El pasado martes 1 de agosto varios buceadores voluntarios del IEL partieron con una neumática del Club Náutico de Altea para realizar una inmersión y recoger datos del estado de las praderas de Posidonia Oceánica en la zona de la Cala de la Mina. Esta es una de las tres estaciones de control que el proyecto tiene en la Bahía de Altea, además de la de la Isla de la L’Olla y la del Morro de Toix.
Los voluntarios tomaron datos sobre la densidad, cobertura, porcentaje de mata muerta, presencia de organismos bioindicadores y la presencia de especies invasoras. Como explica Joaquín Martínez Vidal, responsable del Área Marina del IEL, la Posidonia Oceánica tiene un crecimiento muy lento y cualquier daño que se le haga tarda décadas en recuperarse. “Llevamos casi veinte años muestreando esta zona y los datos nos muestran que existe un problema con los fondeos, la Posidonia se encontraba en mejor estado en los períodos en los que funcionaban los fondeos ecológicos de la Cala de la Mina”, argumenta Martínez.
Desde el comienzo de la campaña se seleccionaron las praderas de Posidonia más importantes de la Comunidad Valenciana. En la provincia de Alicante Posimed tiene estaciones de control en Denia, Javea, Calpe, Altea, Alfaz del Pí, Benidorm, La Vila, Campello, Alicante, Tabarca, Santa Pola y Orihuela. Cada año un equipo de buceadores voluntarios vuelve a los mismos puntos a recoger datos para así poder estudiar la evolución de las praderas.
Los datos recogidos sirven para estudios del Instituto de Ecología Litoral y a su vez son remitidos al Banco de Datos de la Bioversidad de la Generalitat Valenciana, enlazado con la red mundial GBIF.
El IEL ofrece formación a los buceadores voluntarios con el propósito de obtener datos rigurosos que puedan ser usados en la gestión ambiental. Los voluntarios además de hacer un curso de formación online, asisten a charlas presenciales y antes de cada inmersión se recuerda toda la metodología y la organización de la inmersión.
El seguimiento de las praderas de Posidonia oceanica resulta de gran complejidad, debido a la variabilidad que se observa en las estaciones, y el hecho de que son muchos los factores que pueden influir en la variabilidad de los datos, por lo que únicamente a través de series temporales se pueden efectuar comparaciones y evaluar si las praderas están sufriendo una degradación o por el contrario evolucionan favorablemente.
